Vacaciones Marciales
Se acercan las vacaciones, del colegio y de las universidades, y así como se llenan los gimnasios, clubes y centros de actividades, los dojos no están exentos de esta afluencia de público. Las vacaciones de verano son las épocas doradas en los centros de práctica de las artes marciales. Es la oportunidad que tenemos de captar nuevos practicantes y apasionarlos en este maravilloso estilo de vida.
Este artículo intenta servir de guía para los practicantes habituales y los practicantes ocasionales, para aprovechar de la mejor manera estas vacaciones.
Sale siendo que la época de las vacaciones de verano es cuando mejor podemos aprovechar nuestras prácticas, recuerdo aquellos años cuando aún estaba en la universidad, en los que los dos o tres meses de vacaciones eran aprovechados para entrenar varias veces al día y todos los días de la semana (incluyendo ciertas prácticas no formales los domingos). Es lo más cercano que podemos tener a lo que es un entrenamiento profesional. Y lo podemos hacer solamente en ese momento porque luego vamos a tener otras responsabilidades en la vida que nos llevan a tener que dosificar diferente nuestra práctica. No es bueno ni malo, sino que simplemente son etapas por las que tenemos que pasar y que más nos vale aprovecharlas
Existen varios aspectos a considerar para elegir el lugar y horario para practicar y depende más que nada de tus inclinaciones de estilo, la experiencia previa que tengas y la dedicación que le quieras poner.
Lo primero que debes tener en cuenta es tu seguridad, si bien las artes marciales y demás deportes de contacto tienen un riesgo implícito debido al esfuerzo físico y a la dinámica de las prácticas que involucra sparrings, topes, randoris o algún otro tipo de enfrentamiento, es importante que este sea dirigido y controlado por los instructores de manera que no se ocasionen daños de ningún tipo entre los practicantes. Si no, imagínate pasar la mitad de tus vacaciones lesionado por alguna mala práctica.
Para evitar esto debes procurar lo siguiente:
– Buscar centros especializados, con instructores certificados, de trayectoria
– Buscar una infraestructura adecuada, con el espacio necesario, los equipos de protección indicados
– Ingresar a una clase con personas de tu mismo nivel (hacia arriba o hacia abajo) para poder aprovechar mejor la práctica.
Si ya eres un practicante experimentado, no te aburras de llegar a tu dojo y verlo lleno de practicantes nuevos, tampoco quieras demostrar que sabes más que ellos y llegues a abusar de ninguna forma. Existen dos opciones: entrenar con gente de tu nivel y la segunda es apoyar a los instructores con los nuevos. Esto segundo te permite reforzar los elementos básicos que pueden haber sido un poco dejado de lado y te permite perfeccionar la técnica, a la vez que creces junto con el novato.
Si eres un practicante que solamente tiene tiempo de entrenar los veranos, tómatelo con calma, dedícale un tiempo a repasar lo básico y no te sobre esfuerces, no tienes que demostrarle nada a nadie mas que a ti mismo.
El verano es por lo tanto una época de tener nuevas experiencias, conocer nuevas personas, aprender nuevas cosas. Dentro de ese grupo de nuevos pueden estar nuestros futuros campeones.
Si bien de todo el grupo que empieza en el verano pocos quedan durante el resto del año, a los instructores nos gusta mucho tener un nuevo grupo y verlo crecer, siempre tenemos la esperanza de que el grupo se mantenga y se cautive de la manera que nosotros fuimos cautivados en algún momento.
Me gustaría que nos cuenten experiencias de cómo han pasado sus veranos en el dojo!!!
Hasta la próxima nota!!